Para denunciar la gestión de la crisis del vertido, el próximo domingo 21 de enero hay convocada una manifestación en Santiago de Compostela bajo el lema En defensa de nuestro mar. Los colectivos convocantes han subrayado su independencia de cualquier posicionamiento o intencionalidad política, partidaria o electoral.
Además, los microplásticos pueden dañar los apeos de pesca y las embarcaciones, lo que aumenta los costes de producción y reduce la rentabilidad de la pesca. El científico del CSIC, Fernando Valladares, se mostraba contundente en Más Vale Tarde: “Esto es una bomba de relojería a medio plazo, aunque en el corto no lo veamos tan peligroso”. Afirma que estas partículas, cuando empiezan a entrar en los tejidos y en los órganos, son asentamiento de tumores cancerígenos.
Respuesta de las autoridades
La crisis de los pélets ha provocado una nueva tormenta política en España enmarcada en las próximas elecciones autonómicas en Galicia (18 de febrero). La Xunta de Galicia activó finalmente el nivel 2 de emergencia, lo que ha permitido la asignación de más personal y recursos para la limpieza de los microplásticos en las costas.
“Hubo un primer momento de no saber; llegaban noticias y nos dedicamos a buscar información sobre qué era eso de los pélets. Por parte de las instituciones sigue habiendo una desinformación total. Los pélets llegan en diciembre y la alarma social se da en enero, pero en las playas quienes nos estamos organizando somos la sociedad civil”, señala Mariló Ramos, coordinadora de Greenpeace en la provincia de Pontevedra.
El gobierno español ha iniciado una investigación sobre el vertido de microplásticos, mientras la Comisión Europea ha propuesto una serie de medidas para reducir la presencia de microplásticos en el medio ambiente, incluyendo la reducción de la liberación no intencional de microplásticos.
Respuesta de la ciudadanía
La errática respuesta de las autoridades a la crisis contrasta con la respuesta de la ciudadanía, que no ha dudado en ser la primera en movilizarse para hacer frente a la amenaza medioambiental. Ya existen mapas colaborativos con los que se localizan las áreas afectadas por el vertido. Asimismo, grupos de WhatsApp espontáneos organizan al voluntariado para distribuirse por todas las playas en busca de este escurridizo enemigo.
Asociaciones como Noia Limpa, ADEGA o Surfrider han llevado a cabo reuniones de coordinación para repartirse la limpieza de las playas de manera organizada, al tiempo que conciencian sobre la amenaza de los microplásticos para el litoral, porque no sólo los pélets son un peligro. Millones de residuos diminutos desperdigados por la costa y arrastrados por la marea se confunden con la arena, contaminando el ecosistema.
Participar en estas limpiezas es una manera de contribuir desde primera línea a la sostenibilidad medioambiental del litoral. En el caso de la crisis de los pélets, la rápida actuación de cientos de personas voluntarias ha impedido que millones de microplásticos queden enterrados en la arena, pasen a la cadena trófica o regresen al océano con las mareas.
¿Qué podemos hacer?
La actual crisis de los pélets es sólo la punta del iceberg de un problema que ha permanecido sumergido durante muchos años: la contaminación de los océanos. Un estudio de Greenpeace afirma que el 70% del plástico está en el fondo marino, el 15% en diferentes niveles del agua y 15% en las playas. Para solucionarlo, se están desarrollando diversas líneas de investigación con el objetivo de minimizar el impacto y limpiar las aguas y las costas de este enemigo casi invisible.
Una de ellas es el uso de membranas que pueden filtrar los microplásticos del agua. Además, se están desarrollando tecnologías de limpieza con el uso de nanocables que pueden atraer y eliminar los microplásticos. Otra técnica en desarrollo es el uso de compuestos químicos que pueden aglutinar los microplásticos y hacerlos más fáciles de recoger y eliminar.
En medio de esta crisis, también hay espacio para el arte. María Candamo, artesana de la localidad costera de Louro (A Coruña), utiliza los residuos que recoge en el mar para elaborar piezas de artesanía. El proyecto ‘Lixo atelier’ lleva su firma. “Utilizo los residuos que recojo en las playas para darles una segunda vida. Que la gente vea que algo que estaba contaminando ahora es una joya es un mensaje que puede calar”, detalla la joven.