A menudo, las personas con discapacidad centran la atenci�n de las familias. Padres y hermanos se vuelcan en ellas y se descuidan entre s� para cubrir las posibles carencias de su familiar. Pero eso no significa que no tengan necesidades o que las suyas est�n colmadas. Los hermanos de las personas con discapacidad requieren tambi�n una red de apoyo, recibir informaci�n suficiente para comprender la discapacidad y v�as de participaci�n en las organizaciones para mantener la estructura de ayuda. Los hermanos de personas con discapacidad tienen necesidades propias y tambi�n necesitan apoyos". Esta es una de las principales conclusiones del I Encuentro Estatal de Hermanos de personas con discapacidad intelectual y lo es porque, con frecuencia, ellos pierden relevancia frente a la adquirida por los familiares con capacidades diferentes. Sin pretenderlo, los padres se centran en estos hijos y los hermanos colaboran en esta atenci�n. Y as� es adecuado. Pero no conviene olvidar que todos los hijos necesitan su espacio en el n�cleo familiar y que este "no debe volcar sus frustraciones y miedos en los hijos que no tienen discapacidad". Esto es importante porque, tal como destaca otra de las conclusiones, "cada miembro de la familia tiene que tener su proyecto de vida". Este no siempre se puede llevar a cabo en soledad. Los hijos con discapacidad son firmes candidatos a la recepci�n de ayuda, pero tambi�n sus hermanos la necesitan a lo largo de su trayectoria vital. Adem�s, los programas de atenci�n a la discapacidad fomentan en gran medida la autonom�a de las personas con discapacidad, lo que permite a los progenitores disponer de m�s tiempo para ellos y para el resto de sus hijos. No conviene caer en la sobreprotecci�n, sino "promover las capacidades y fortalezas" de los hermanos con discapacidad y su autodeterminaci�n. As� se reconoci� en el citado encuentro, donde se anim� a la creaci�n de una red de apoyo para los hermanos peque�os, "no de profesionales, sino de hermano a hermano". Son importantes, por ello, las relaciones que se establezcan entre los hermanos, con actividades de grupo que fomenten la puesta en com�n de sus inquietudes. Incluso en ocasiones es necesario concentrarse en ellos y facilitarles apoyo psicol�gico, en especial a los hermanos de menor edad, ya que pueden enfrentarse a una situaci�n incontrolable para ellos. Por todo ello, "la ayuda mutua entre hermanos es fundamental y debe ser potenciada".

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