Asociación de Personas con discapacidad
Virgen de Consolación

Ser discapacitado en Marruecos y sobrevivir

15/08/2010

Ser discapacitado en Marruecos y sobrevivir

Aidani Ahmed tiene problemas de espalda; todo comenz cuando se le plante una disyuntiva: o utilizar el aparato de metal para curar el dao que la polio haba hecho a sus piernas, o tener una educacin. No poda ir con ese aparato hasta la escuela porque no haba taxi ni autobs, ni medios con los que poder llegar hasta all. Viva en la ladera del monte, de modo que me resultaba casi imposible regresar a casa. Por eso, poco a poco se quit aquel aparato unos das s, otros no. Hasta que no se lo volvi a poner. Hoy da, Aidani Ahmed tiene la licenciatura en Geologa, pero est atado de por vida a unas muletas. Cuando me quit aquel aparato, ni yo que era un nio ni mi familia tenamos conciencia de que eso me podra traer problemas de salud en un futuro, explica. Pero ir a la universidad le permiti comenzar el movimiento reivindicativo en Marruecos de los discapacitados. En el ya lejano ao 1993 se convirti en uno de los fundadores de Paloma Blanca, la asociacin que ahora preside. Junto a varias personas entre las que se encontraba Abdelmalik Asrih, a quien conoci en la universidad y est tambin atado a un par de muletas por la polio, fundaron esta organizacin. Se trata de la primera vez que en este pas cambibamos el discurso, y en vez de hablar de caridad o beneficiencia, defendamos nuestros derechos, explica Abdelmalik Asrih, que fue presidente de esta asociacin antes que su amigo y ahora preside la Red de Asociaciones de Discapacidad del Norte de Marruecos, que incluye unas quince asociaciones. Adems, Abdelmalik es la nica persona del Gobierno marroqu con discapacidad. Es la tercera vez en la historia que sucede esto, cuenta. Su labor, asesorar a la ministra de Desarrollo Social del pas vecino: Es un problema, ella est comprometida pero no hay medios. Se aprueban leyes, pero luego no se pueden cumplir. A veces pasa que varios asuntos dependen de otros ministerios, como el de Sanidad o el de Educacin, y dificulta la labor. Desde luego, la situacin es mala. En algunos aspectos, catastrfica. Pero es mejor que cuando Asrih era nio, viva en un pueblo del Rif y tena su escuela a un kilmetro de casa. Para poder ir, me constru un aparato con ruedas, y as lo consegu. Tuve suerte al encontrarme con un profesor que me apoyaba y unos compaeros que tambin, y hacan que me sintiera integrado. Aun as, empec ms tarde la escuela que el resto de nios, cuenta. Al menos, es uno de las pocas personas con algn tipo de discapacidad en Marruecos que han disfrutado de una educacin. Segn los datos oficiales, que datan del ao 2004, un tercio de los nios entre 4 y 15 aos que tienen algn tipo de minusvala van a la escuela en todo el pas. En todo Marruecos, unos 75.000 nios en esta situacin reciben educacin hoy da. Y estas cifras absolutas pueden representar un porcentaje menor porque, en realidad, nadie tiene una estimacin fiable de cuntos discapacitados viven en el pas norteafricano. El Estudio Nacional de la Minusvala, hecho en 2004, estima un milln y medio de personas con discapacidad en toda la nacin. Eso significa alrededor de un seis por ciento de la poblacin. La media, segn la Organizacin Mundial de la Salud, es de un 10% de la poblacin, que dara 3 millones, y no hay ningn motivo por el que aqu debieran nacer menos. Por eso, en Paloma Blanca manejamos la estimacin de tres millones de personas. Seramos el mayor partido poltico del pas si nos uniramos!, reflexiona Abdelmalik Asrih. Pero es que otro estudio habla de 670.000 discapacitados en todo el territorio marroqu. Cmo explicar esta paradoja?, se pregunta el presidente de la Red de Asociaciones de Discapacitados del Norte de Marruecos. El problema, muchas veces, es precisar el lmite de la discapacidad. En algunos casos se considera un simple problema mdico y no se le da consideracin. El mtodo de estudio debera estar mejor planteado, aade. Pero muchas otras veces el verdadero problema que subyace es el de la ocultacin por parte de las familias. En el ao 1999, el Gobierno de Marruecos anunci a bombo y platillo ayudas para las personas con discapacidad, que nunca se cumplieron como haban sido prometidas. La intencin era que la gente se animara a registrar a todas las personas discapacitadas en sus casas.Al principio funcion, pero al ver que todo era humo, result ser algo momentneo, cuenta Yusef, secretario de Paloma Blanca. Yusef cuenta tambin que los casos de familias que esconden a sus discapacitados son muchos. Y recuerda el da en el que otra chica que trabaja con ellos le pidi una silla de ruedas para su sobrina, que viva en un pueblo de la provincia de Tetun. Y la familia del chico que no se poda mover la rechaz y se ofendi, as termina una historia de las que hay muchas. Tampoco salen a la luz los miles de marroques que viven encerrados en sus casas porque quienes hacen el censo no se molestan en preguntar esas cosas, y en muchos casos admiten que la familia no declare a un nio con discapacidad. Pero eso est cambiando, asegura Abdelmalik Asrih. Poco a poco, eso s. "El sacrificio merece la pena" Una muestra excepcional de ello es Yassine. Ahora tiene quince aos, y es autista. Aunque a simple vista es un chico tmido, slo eso, dice su madre Amtiref Naima, orgullosa. Y tiene razn. Es ms, cuando adquiere confianza, muestra sus dotes en el ordenador. Se maneja por Internet como pez en el agua. Sus pginas favoritas, Youtube y las que tienen juegos online. Utiliza la plataforma de vdeos para ver las series que le gustan; la que ms, Tom y Jerry. De devorar sus captulos, ahora es capaz de verlos sin sonido y aun as repetir al pie de la letra los dilogos, algo que hace orgulloso. Este seguidor del Bara se entretiene con los videojuegos de ftbol. Mira, mira, dice. Varios pases, y mete Goooool! con facilidad. Bien usado, el ordenador e Internet puede ser muy til y educativo, dice su madre. Prueba de ello es un juego del que tambin disfruta, aunque un poco ms complicado, en el que hace de camarero. As aprende vocabulario, y ejercita su memoria. Es una maravilla, el juego lo descubri su hermana, explica Naima. Las tres hermanas de Yassine estn volcadas con l, pero quien ms est encima es su madre, que tard algunos aos en saber de la enfermedad de su hijo. Al principio era un problema simplemente mdico. Nos recetaban unos medicamentos, y ya est. No fue hasta varios aos despus cuando conseguimos ver el problema de otra manera, cuenta Naima. Su caso fue duro. Cuando diagnosticaron autismo a su hijo, vivan en Casablanca. Yo tena un buen trabajo en el que viajaba mucho, de un sitio para otro. He estado en muchos pases, pero lleg el momento en el que tuve que elegir. Decid sacrificar mi vida profesional para poder cuidar a mi hijo, y fue entonces cuando vinimos a vivir a Tetun. Aqu tengo a la familia, a mi madre, e iba a ser mucho ms fcil cuidarlo, explica. Ahora viven en un espacioso piso de una de las avenidas principales de la ciudad del norte del pas, y ella tiene un trabajo de funcionaria. Vinimos aqu, y para m fue duro. Pero miro atrs y veo que merece la pena, asegura. Aunque un esbozo duda aflora en su cara con forma de mueca, preguntndose qu pasar cuando ella no est. Quiero que sea independiente. Tiene capacidades para la informtica, podra llevar un cibercaf, por ejemplo. Yo no voy a estar siempre, y quiero que l pueda vivir por s mismo, insiste. Pero a pesar de todas las dificultades y momentos de incertidumbre, merece la pena. A cuarenta kilmetros de Ceuta, apenas media hora de coche por una deslumbrante autopista y en una ciudad de unos 200.000 habitantes, la realidad es diferente. La cobertura sanitaria llega hasta donde llega, y no paga buena parte del tratamiento que necesitan las personas con discapacidad. Al mes hay que gastar unos 3.000 dirhams en un nio autista, entre psiclogos y tratamientos: el equivalente a casi trescientos euros. El psiclogo es muy caro, y no est cubierto por la sanidad pblica, cuenta Naima. Y eso que ahora es ms fcil encontrar especialistas, porque cuando descubrieron la enfermedad de Yassine, lo trataban como algo simplemente fsico, explica su madre. Ese uno de los motivos por el que se ha implicado profundamente en la fundacin de Yahya, una asociacin tetuan que lucha en favor de los nios autistas, presidida por El Hachmid Mohamed Laarbi. Actualmente se encargan de 53 nios en la regin, aunque estn seguros de que hay ms. Nuestra intencin es hacer ms llevaderos los costes para las familias. Por eso, junto a la medina de la ciudad tienen su sede, y estn aconsejados por una psicloga. Esos 3.000 dirhams mensuales se convierten en 9.000 cuando se comienza a tratar la enfermedad. Hay que llevar a cabo un programa ms intenso, en el que por ejemplo se le ensee a vestirse. De lunes a viernes estn por las tardes all para ayudar a los jvnes Proyecto, despus el dinero En Marruecos no existe tal cosa como los convenios entre administracin y asociaciones. Por ello, la situacin no permite siempre llegar a todos los sitios deseados. Primero hacemos el proyecto, despus buscamos la financiacin, venga de donde venga, cuenta Abdelmalik Asrih; es algo aplicable a todas las organizaciones que trabajan en la Red de Asociaciones de Discapacidad del Norte de Marruecos. En el caso de Yahya, Hachmid indica que viven slo de las donaciones que hacen particulares y padres de nios. Aunque depende, porque unas familias tiene ms recursos y otras menos, explica. A veces, ni siquiera hace falta dinero, slo exigir que se cumpla la ley. Es algo que este padre de un hijo autista de 5 aos cuenta. Segn la ley, todos los colegios deben aceptar a los nios discapacitados. Pero dicen que no tienen dinero, cuenta. A pesar de sus muy buenas relaciones con varios directores de centros educativos, Hachmid tuvo que luchar con ahnco para conseguir que su hijo vaya a ser escolarizado. Pero no se ha quedado ah, y ha conseguido que en el colegio acepten crear dos aulas de integracin. Se trata de clases con exactamente los mismos horarios que las dems, en las que los nios con algn tipo de discapacidad reciben su educacin. Pero estn dentro de un colegio ordinario, y coinciden en el recreo con el resto de nios. Algo que el estado en teora garantiza por ley, pero que ha tenido que buscar el presidente de Yahya. Y eso que el compromiso institucional de Marruecos con la discapacidad ha aumentado, al menos sobre el papel, ya que en el ao 2008 rubricaron la Convencin Internacional sobre los Derechos de las Personas Discapacitados. Aun as, Hachmid slo ha encontrado esta posibilidad educativa en una escuela privada, que no todo el mundo se puede permitir, y que aade un gasto ms a esos 3.000 dirhams mensuales. Tampoco es fcil para otros proyectos, como el que tienen en Paloma Blanca para reinsertar a las personas con discapacidad, un proyecto que dividen en tres reas. La ms avanzada es la que orienta a quienes tengan la posibilidad para emprender su negocio. Es el primer nivel, se trata de que alguien pueda autoemplearse, explica el presidente de la asociacin. El segundo nivel es el de la cooperativa. All trabajan en pastelera o textil las personas para aprender un oficio pero, sobre todo, para llegar al tercer nivel. Es algo siempre temporal. Lo deseable es que les sirva de trampoln para trabajar en una empresa, ya sea desde casa o en el negocio. Este puede ser, dicen, uno de los motivos por los que los padres prefieren esconder a sus hijos con discapacidad. No saben que hacer en algunos casos, explica Naima. Entre eso y no poder pagar un tratamiento, todo se acumula, sobre todo en el campo, donde la tasa de escolarizacin desciende drsticamente desde el 30% a ni siquiera llegar a un veinte por ciento, y eso segn los datos que se reconocen de manera oficial en el Estudio sobre la Discapacidad en el ao 2004. En otros casos, se trata de vergenza. Creen que esuna maldicin. A veces la mujer se siente culpable porque piensa que no es completa y por eso ha tenido un hijo con discapacidad, y lo esconde por vergenza. Y todo ello a pesar de que el Corn, por ejemplo, deja claro que hay que tratar bien a todo el mundo, opina Aidani Ahmed. Slo hablaba con su familia Incluso despus de dar el paso y sacar a un hijo discapacitado a la luz, es muy complicado reconocer la historia, y prefieren guardar silencio. Pasan semanas antes de que una familia acceda. Mohamed (nombre ficticio), acude a la cita con su hija, Layla. No quiere problemas ahora que su hija de 24 aos, sorda, est a punto de trabajar en una pastelera y todo va bien. Su padre es profesor de instituto, una persona culta. Hace cinco aos entraron en contacto con Paloma Blanca, despus de haber pasado por Hanan, otra asociacin ms antigua pero ms enfocada a la beneficiencia. Layla comenz la escuela de manera normal, hasta que se le descubrieron sus problemas de sordera, que venan de nacimiento. Pero hace cinco aos encontraron esta asociacin, y todo mejor. Ahora Layla tiene dos ttulos, uno de cermica y otro de pastelera. Sobre todo, tiene una sonrisa imposible de quitar y una mirada que pregunta todo. Habla con dificultad, pero su padre le entiende. Pregunta que si hay asociaciones de discapacitados en Espaa, que tiene mucho inters en saberlo, en ver qu pasa en otros lugares Es un pas que esta joven marroqu ya conoci hace dos aos, cuando en un viaje de varios usuarios de la asociacin Paloma Blanca pasaron varios das en Espaa gracias a un convenio de colaboracin. Estar asociada le ha permitido entrar en contacto con otros jvenes que viven en su situacin. Estamos muy felices, dice Mohamed. Ahora ella se relaciona con otros chicos y chicas de su edad, y eso le anima. Adems, han tenido la suerte de tramitar una ayuda estatal que le dar a Layla 200 dirham al mes para toda la vida. Y estn buscando trabajo, porque es temporada alta en las pasteleras. Siempre en Ramadn y en verano, y ahora se juntan las dos cosas, puntualiza Aidani Ahmed. Sin embargo, todo era muy diferente para Layla antes de entrar en Paloma Blanca. Una parte de la vida de la que ella no puede hablar por sus dificultades, y su padre trata de evitar. Al final, dice: Antes de estar con la asociacin, slo se relacionaba conmigo, su madre y sus hermanos. Fuente: El Faro Digital




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