05/08/2010
Ms de 2.000 aos de historia convierten al Teatro Romano en uno de los monumentos ms longevos y especiales de la capital autonmica que en estos das luce con la vitalidad y protagonismo de antao. Lo hace gracias al Festival de Teatro y lo hace para todas las personas. Pero el hecho de que este escenario singular lleve tantos aos en pie (y los que les quedan), donde cada noche las risas y llantos retumban en sus paredes, ahora con Lisstrata, hace 77 aos con la Medea de Sneca, no es motivo alguno para que no pueda estar acondicionado para personas con algn tipo de discapacidad y movilidad reducida. Ms de 200 personas con discapacidad o simplemente que tienen un esguince y les es complicado el acceso habitual al recinto, han adquirido este ao sus entradas y disfrutado de las obras desde que se inaugurara el programa de este ao. Para ello cuentan con la atencin del Festival emeritense. Para que todo el que pueda venir y disfrutar de las representaciones en el Festival de Mrida como espectador, la organizacin reserva un nmero determinado de entradas para personas con movilidad reducida o con algn tipo de discapacidad, situadas independientemente de la entrada que se adquiera y el dinero que les cueste, en orchestra, la zona ms privilegiada a la par que cercana del escenario. Para evitar que entren por la puerta convencional y tengan que lidiar con la irregularidad -y peligrosidad- del terreno, se queda con ellos en la puerta reservada para los actores y la prensa (lateral) a una hora determinada. Un gua del Festival, que se encarga de alumbrarles el camino con una linterna conduce a la persona y sus familiares o amigos, a una de las entradas laterales habilitadas con varias rampas que los sitan directamente en la zona reservada sin necesidad de que nadie los ubique. De esta forma tan sencilla, las limitaciones y obstculos que puedan presentar otros lugares y que pueden parecer insalvables en el Teatro Romano desaparecen.